RATAS NOCTURNAS. Poema.
Ratas Nocturnas.
Es preferible dormir con cucarachas porque las ratas son peligrosas, vienen de a cientos y pesan casi como un niño. Es inútil invitarlas a dormir porque ven la televisión hasta tarde y de madrugada hacen bailes sobre tu colcha.
Dormir en la calle es espantoso, las pesadillas se viven y la voz de los demonios viajan en el viento. En ese momento, las ratas no son mala compañía pero se van muy rápido al terminar tu comida. Sí, es así de triste, si no tienes nada más, hasta ellas te abandonan.
Cuando vives en la calle el olor a mugre se pega, lavas y lavas tu nariz, pero eres tú el que hiede. Y te empeñas en lavarte y usar fragancias, pero no basta. Hiedes a desnudo con barro, a ropa sucia de otro, a orines bajo el Sol. Por eso las ratas se van al amanecer, se van... como todos.
Cuando vives a la intemperie la locura es tu compañera, pero yo le entierro las uñas a la cordura y se queda, triste y callada, pero se queda.
Cuando vives a la intemperie la muerte ronda en las esquinas, pero la enfrento con ojos cerrados y el corazón abierto, entonces corre de largo y me ignora. No soy la gran cosa para morir.
Cuando tu casa es invisible ni el Diablo te visita y Dios suele cerrar temprano su tienda de segunda mano. Es demasiada soledad para uno solo, es muy poca comida para un hambriento, pero me aferro. Sin embargo; si no fuera por las ratas me sentiría más sólo.
Del Poemario
LA CASA DE TRAPO
Liliana Romero.
Fotografía Liliana Romero.
Copyright 2020.
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