CON AMOR y SIN CORDURA
Deseo caminar despacio por la vereda con rosas
para recordar, en cada brillo del rocío, lo despacio de tus besos.
Pisar lento y pausado sobre las hojas
y sentir en ellas, lo divino de tu piel.
Fuiste el destello que incineró mis miedos
la boca de miel silvestre que endulzó mis te quiero
el verdugo que encarceló mi cordura
y arrojó la llave al infierno.
Me preguntan ¿Quién es él? Y lo presento...
Mucho gusto ¡Soy su amante!
Anhelé que dijeras, pero no, no fue posible.
Ahora ando con el corazón de mandarinas cayéndose en ajas
queriendo despedir tu recuerdo pero te ruego que vuelvas
a desvestir mis silencios y a plagiarme las sonrisas.
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