NOCIONES DE TOXICOLOGÍA




La Toxicología es la ciencia que estudia las sustancias químicas y los fenómenos físicos, tanto naturales como artificiales, capaces de producir efectos adversos sobre los seres vivos.

Un tóxico es cualquier agente físico o químico capaz de producir un efecto adverso para la salud. Todos los agentes físicos o químicos son tóxicos potenciales, ya que su acción depende de la dosis ingerida, de las circunstancias individuales y del medio ambiente. La acción producida por un agente tóxico sobre un determinado organismo se denomina intoxicación, lo cual se traduce en una alteración del estado fisiopatológico o de la salud del propio organismo. Dicho de otro modo, una intoxicación es un proceso patológico con signos y síntomas clínicos que viene causado por una sustancia tóxica que puede ser de origen endógeno ó exógeno. Un xenobiótico es cualquier sustancia que interactúa con un organismo y que no corresponde a ninguno de sus componentes naturales. Una toxina es cualquier sustancia tóxica producida por un organismo vivo, bien sea una planta, un microbio, un animal, etc.

El término intoxicación es sinónimo de enfermedad, y puede ser clasificado de diferentes maneras:
a) Según el grado de afectación.
• Intoxicación leve.
Cuadro clínico patológico de consecuencias reversibles y no graves.
• Intoxicación moderada.
Cuadro clínico patológico de consecuencias medianamente graves, aunque no mortales.
• Intoxicación severa.
Cuadro clínico patológico de consecuencias graves, en ocasiones mortales.

b) Según el grado de evolución.
• Aguda.
Consiste en la aparición de un cuadro clínico patológico, a veces dramático, tras la absorción de un tóxico. El caso más representativo es la presentación de los fenómenos tóxicos antes de las 24 horas de una única administración del agente. La evolución puede llevar a la muerte, o a una recuperación total o parcial, en la cual quedarían secuelas o lesiones persistentes.
• Subaguda.
Significa un menor grado de gravedad o aparatosidad de la intoxicación aguda, que a veces si-gue un curso subclínico, sin que se presente de forma aparente y clara, aunque produzca tras-tornos a distintos niveles biológicos.
• Subcrónica.
Es una intoxicación debida a la absorción de pequeñas dosis de tóxico durante un corto período de días.
• Crónica.
Es la consecuente con la repetida absorción de un tóxico. A veces esta absorción se produce por cantidades por sí mismas insuficientes para hacer patentes trastornos tóxicos, pero que por acumulación del producto dentro del organismo, normalmente en órganos o tejidos concretos, o por suma de efectos lesivos, con el transcurso del tiempo, lleva a estados patológicos.
• Recidivante.
Es un tipo especial de intoxicación cuyo cuadro patológico reaparece después de un determina-do período de salud.
Una exposición es la situación en la cual una sustancia puede incidir, por cualquier vía, sobre una pobla-ción, organismo, órgano, tejido o célula diana, en cualquier concentración, cantidad o intensidad de un de-terminado agente físico, químico o biológico. Se expresa en términos cuantitativos de concentración, dura-ción o frecuencia. A nivel poblacional, se define como peligro a la posibilidad de que un agente tóxico pro-duzca efectos dañinos a causa de sus propiedades, de las circunstancias y grado de exposición. Por otra parte un riesgo es la probabilidad de que se produzcan efectos adversos o daños en un individuo concreto por exposición a un agente tóxico a causa de sus propiedades inherentes, de las circunstancias y grado de exposición (en este sentido, todos los tóxicos tendrán el mismo peligro para un colectivo, pero cada indivi-duo corre un riesgo diferente).

Toxicidad.

La toxicidad es la capacidad que tiene un tóxico de producir un efecto adverso sobre el organismo. La toxicidad es una cualidad a la vez intrínseca y relativa a todas las sustancias que dependen de los individuos, de los compuestos y de las sustancias de la exposición.

La variabilidad en cuanto a la toxicidad es atribuible, en mayor medida, a los propios tóxicos más que a los individuos, y depende de su polaridad y forma (características químicas). Los compuestos muy polares entran en el organismo y se eliminan fácilmente, en cambio, cuanto más liposolubles son, pueden plantear más problemas toxicológicos.

Según el lugar de acción la toxicidad puede ser:
• Local (o “por contacto”).
El daño se produce generalmente por contacto directo con la piel, mucosas o vías respiratorias. En este caso, los agentes tóxicos son sustancias muy agresivas (ácidos, álcalis, etc.) capaces de producir conjuntivitis, dermatitis, quemaduras químicas, además de reacciones alérgicas e incluso cáncer.
• Sistémica (o “a distancia”).
El daño aparece distante e independiente del lugar donde ingresa el fármaco.
• Mixta.
En este caso hay daño local y sistémico.
La toxicidad depende tanto de la vía por la cual ingresa el fármaco, como de la dosis administrada, entre otras cosas.
Según la duración de los efectos podemos hablar de una toxicidad:
• Persistente.
Se produce cuando la toxicidad se mantiene en el organismo, aun incluso cuando el agente tóxico no está presente. Este hecho resulta habitual en los estados cancerosos.
• Transitoria.
Se produce cuando el daño se manifiesta mientras el tóxico está presente en el organismo. Este caso es habitual tras la administración de numerosos fármacos, como el ácido acetilsalicílico o el paracetamol.
• Acumulativa.
Se produce cuando el contacto repetido con el tóxico incrementa progresivamente el daño o lesión. Este caso suele aparecer tras contacto directo con agentes irritantes.
• Latente.
Se produce cuando los efectos aparecen semanas o meses después de que haya habido pequeñas dosis repetidas. Este hecho resulta probable en tratamientos prolongados con fármacos antiparkinsonianos.


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