La Atmósfera Sentimental


"Las decisiones más humanas nacen de vivencias impregnadas de afectividad. De aquí, que el valor humano de una persona no radique en su agudez lógica ni en su intelecto superior, sino en su madurez emocional. Dueño de mi mismo, quiere decir: dueño de mis emociones."  Ignacio BURK

I PARTE DEL ESTUDIO

LA ATMÓSFERA SENTIMENTAL

Hay tres orientaciones de la vida mental: conocer, hacer y afectarse el sujeto. Son las actitudes teóricas o cognoscitivas; volitivas o prácticas; y afectivas o sentimentales, respectivamente.  Pero cognición, volición y afección forman una única y unitaria corriente psíquica. En el pensar y actuar están presentes, si bien en proporciones variables, lo teórico, lo volitivo y afectivo. Por otro lado el pensar y el actuar del sujeto están siempre impregnados de cierta afectividad fundamental. Es comparable a la atmósfera en cuyo seno hay constante agitación y, en ocasiones, turbulencias y borrascas.

ESTADO ANÍMICO

El estado anímico acompaña, cual fondo sentimental apenas notable, nuestro pensar y actuar por lo que no es una vivencia definida, en cambio los sentimientos si lo son porque surgen entorno a episodios vividos; son estados mentales definidos, de mediana intensidad y duración más o menos prolongada y su repercusión sobre la fisiología es escasa. Hay incontables matices de sufrimiento. Las emociones son vivencias intensas que se caracterizan por producir trastornos somáticos, los cuales, a su vez, desorganizan la conducta del sujeto y dan lugar a la conducta emocional, fundamentalmente innata. Hay conductas emocionales de agitación y de movilización.

Los estados afectivos nacen y se deshacen en nosotros sin cesar Además ofrecen polaridad: a cada efecto agradable se contrapone otro desagradable. El par polar es ambiguo; el amor se convierte rápidamente en odio pues odiar es otra manera de amar pero en polo contrario.

La afectividad tiene un enorme poder motivante: o efectivo es lo afectivo. Las pasiones son complejos emocionales volitivos, con historia individual propia, que monopolizan la psique del sujeto orientándola, obsesivamente, hacia una meta determinada. Su papel puede ser integrador de la personalidad; pero también pueden destruir la existencia.

LA GÉNESIS DE LOS ESTADOS AFECTIVOS

El origen de nuestros estados afectivos es múltiple. Los estados anímicos vagos o tonos afectivos provienen de las condiciones cenestésicas y kinestésicas del sujeto; así mismo de sus actividades sensoriales. Pero los sentimientos y emociones humanas son más complejas. Si su génesis es somática derivan, sin embargo, sus características del aprendizaje, de la educación y socialización. Son sociógenos y psicógenos. A diferencia del animal, el hombre tiene en el lenguaje una rica fuente de emociones. Estas casi siempre tienen que ver con sus triunfos y fracasos sociales.

II PARTE DEL ESTUDIO

LA FISIOLOGÍA DE LA EMOCIÓN
La emoción ofrece dos caras: la subjetiva o mental; y la objetiva o somática. Esta última consiste en alteraciones fisiológicas que reciben el nombre de shock emocional. El shock emocional tiene su causa inmediata en una intensa excitación del sistema neurovegetativo. Su control cerebral es prácticamente imposible, lo cual sin embargo no puede aseverarse absolutamente.

Las emociones ingratas se caracterizan por simpaticotonía; las agradables por vagotonía. El registro científico de los shocks emocionales es relativamente fácil; se utiliza para ello el polígrafo, aparato vulgarmente conocido como "detector de mentiras"

LA EMOCIÓN ¿PROCESO VISCERAL O CEREBRAL?

Siempre nos hemos preguntado sobre el origen de la emoción, si es mental o somática. James y Lange explican la emoción como un efecto cuya causa radica en la perturbación visceral. La emoción comienza por ser shock; la información ascendente del shock trastorna la mente, es decir; la actividad cortical.

La emoción seria de origen periférico y de propagación centrípeta. Esta teoría de James ya ha sido abandonada. La teoría de Cannon establece que el tálamo o hipotálamo gobierna libremente la emoción en niños pequeños y en animales; pero en el adulto los impulsos talámicos emocionantes son inhibidos por un aprendido control cortical. Solo en caso de una información muy alarmante se relaja el control y el hipotálamo, a través del sistema neurovegetativo determinan el shock emocional. La teoría más acertada es la de Arnold y Lindsley la cual contempla que la información sensorial excita la actividad cerebral; según sean las asociaciones individuales se producen emociones diferentes en intensidad y tipo. Los impulsos corticales llegan al hipotálamo de allí al sistema neurovegetativo que desencadena el shock.
El registro del shock por los receptores profundos y su información transmitida a los centros encefálicos, refuerza o reactiva la emoción. Los impulsos emocionales oscilan dentro de un circuito cerrado que puede ser intervenido psíquica-mente.
Actividad: busque el significado de neo cerebro y paleo cerebro, indique sus diferencias.

III PARTE DEL ESTUDIO

DESARROLLO DE LA EMOTIVIDAD
La doctrina de Watson sostiene que la existencia de conductas emocionales congénitas tales como; temor, cólera, amor, no es admisible. La ciencia psicológica actual enseña que hay una excitabilidad emocional general y global que es específica y que nace con el niño. De ella se van desarrollando, a lo largo de un proceso madurativo, las emociones y estados afectivos diferenciados.
El desarrollo de la emotividad se realiza en tres fases que corresponden a los planos arquitectónicos del animal superior. Primero aparecen las emociones de motivación visceral: displacer- excitación- placer. Hacia el sexto mes aparecen las conductas miedosas, iracundas y amorosas. En la segunda fase las conductas emocionales vinculadas a músculos: afectos movilizantes frente a los demás. En la tercera, de un año en adelante, adquiere importancia sensorial como fuente de las emociones.

Tanto en el animal superior como en el hombre está demostrada la existencia de motivaciones corticales, específicas e innatas, para ciertas conductas. Hay por ejemplo una inhibición cortical innata que impide que las fieras de una misma especie se maten mutuamente; esta emoción actúa también en el hombre. Pero en el caso de los humanos, las motivaciones innatas carecen de importancia; la vida emocional del ser humano es totalmente aprendida. Depende de la educación y socialización del individuo, y de lo que cada uno sepa hacer con su vida.

EL APRENDIZAJE DE LAS EMOCIONES

El aprendizaje emocional consiste, no en la instalación de nuevos tipos de emociones, sino en subordinar las emociones fundamentales: miedo, cólera y amor, a toda suerte de estímulos artificiales. Esta subordinación de la respuesta emocional a estímulos artificiales. Esta subordinación de la respuesta emocional a estímulos artificiales cualesquiera recibe el nombre de condicionamiento. Los factores que intervienen en el aprendizaje de las emociones son: experiencias dolorosas y placenteras; la influencia importantísima que ejerce la colectividad; el factor de transferencia; el factor de proyección; el factor ambivalencia y el factor hedónico.
Buena parte de nuestra emotividad se orienta hacia la sociedad, y es de origen social. Es en virtud de los psicodinamismos de la emoción como la sociedad nos acopla a sus normas y formas de vivir. La socialización del niño consiste fundamentalmente en implantarle motivaciones sentimentales de actitudes sociales positivas.
Como todo lo humano, también nuestra emotividad es eminentemente psicógena: engendrada por lo que pensamos. Sin lenguaje y pensamiento no podría haber ningún sentimiento superior: moral, estético o religioso. Estos sentimientos son los que más tardíamente maduran; solo aparecen con toda claridad después de la pubertad.

IV PARTE 

FRACASOS, FRUSTRACIONES Y CONFLICTOS
Toda conducta está destinada a lograr metas inmediatas o metas a larga distancia. El camino hacia estas últimas está jalonando por metas intermedias. Las metas humanas se inspiran en motivos culturales, no biológicos. Al alcanzar la meta conductual, el individuo tiene éxito. Se trata en primer término de una situación objetiva; ésta, sin embargo, implica una fruición subjetiva: sentimiento del triunfo. El éxito facilita la permanencia del individuo dentro de la línea exitosa; además determina al sujeto a elevar su nivel de aspiración; y finalmente, incrementa la auto-estimación; seguridad de sí mismo y capacidad de iniciativa del sujeto.

El animal y el hombre están en situación de fracaso cuando la conducta motivada por la necesidad biológica, bio-cortical o córtico-cultural es obstaculizada por factores de cualquier naturaleza y origen. Los fracasos derivan su peso del campo psico-físico: lo que para uno seria fracaso, para otros podría ser triunfo. Damos el nombre de frustración a la faceta subjetiva del fracaso. La tensión frustrativa varía según el campo psico-físico; en todo caso es ingrata; y fuente generadora de conductas frustrativas. Las causas frustrantes pueden ser exteriores: circunstancias físicas y sociales, e internas o personales. Las más frustrantes son sociales y personales.

La educación y socialización de los niños implican necesariamente frustraciones. Desde que el niño nace se frustran sus deseos y tendencias animales. El psicoanálisis atribuye una gran importancia a estas frustraciones infantiles en lo que se refiere al desarrollo de la personalidad. Las frustraciones pueden ser ocasionales y profundas. Estas últimas provienen de la infancia o de vivencias posteriores que afectan hondamente la existencia. Baluarte contra la frustración: capacidad sobresaliente en algún sector del quehacer humano; inteligencia superior; mentalidad clara y lógica; rica cultura general. Pero nada de esto es categórico: hay genios frustrados y hay muchas personas de dotes mediocres que nada saben de frustración.

CONFLICTOS, ANGUSTIA Y ANSIEDAD

Un modelo, aún hoy utilizable para entender los conflictos, lo constituye el asno de Buridano. Los conflictos tienen su origen en tendencias apetitivas y evitativas. Son reductibles a tres esquemas: de "apetencia-apetencia" de "aversión-aversión"; y de "apetencia- aversión". Estos últimos son los conflictos más graves y frecuentes. La emoción propia del conflicto es la angustia. Es máxima en los momentos en que apetencia y aversión están en equilibrio, situación en que ocasiones, puede prolongarse durante semanas, meses y años. Si el conflicto no encuentra solución, la angustia se convierte en ansiedad neurótica. La conducta se desorganiza entonces y la salud se deteriora.

Los efectos de la ansiedad neurótica han sido estudiados científicamente en ensayos con animales. No pocas veces se anula el conflicto en virtud del principio de generalización: la apetencia se extiende a otros  objetos de aversión más reducida. En general, es la apetencia la que tiene que capitular ante el precio de lo deseado, en dinero, esfuerzo o peligro. La solución se facilita a veces (no siempre correctamente) si se ingieren alcohol o fármacos psicosedantes. También puede intervenir un nuevo motivo de angustia que arrolla la valla de la aversión.

Los efectos disruptivos de la angustia y ansiedad son igualmente nocivos para la salud de animales y de seres humanos. Pero no se pueden igualar los conflictos humanos a los del animal. En la angustia humana interviene el lenguaje; el pensamiento y l imaginación creadora de porvenir. Además, las situaciones humanas son complejas: mezcla del bien y el mal, las decisiones frente a ellas generan inevitables conflictos. La misma ignorancia humana acerca del sentido y destino de la propia existencia es una fuente de angustias.

CONDUCTAS FRUSTRATIVAS Y REALISTAS

Las frustraciones dependen de ciertos factores generales: constitución, infancia, educación, inteligencia, etc. Su naturaleza e intensidad varían de persona a persona. Las reacciones frente al fracaso pueden ser realistas o ilusionistas. La reacción realista o de adaptación comprende: agresión, huída y sustitución. La agresión es la respuesta más natural del frustrado. Tiene el grave inconveniente  de que la sociedad la proscribe, necesariamente. La condición humana exige que el hombre entrene su neurocerebro en el sentido de no hacer uso de la violencia agresiva sea física o verbal.

Con todo, no toda la violencia agresiva frente al fracaso es destructiva; el enfrentamiento enérgico a ciertas situaciones frustrantes puede producir efectos de positiva adaptación. La huidas y retiradas solucionan frustraciones y conflictos cuando el sujeto abandona definitivamente las metas inalcanzables, librándose de fracasos y frustraciones innecesarias.

Las sustituciones y componendas significan ajustes de adaptación que realiza el sujeto tanto en sus metas como en sus ambiciones.

Escrito por :

Dra. Liliana Romero

Fuente: Psicología de Ignacio Burk

REVISA EL VIDEO DE ESTE TEMA http://www.youtube.com/user/DEVELAISMOEspiritual


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